lunes, 20 de febrero de 2012

Resulta...

Que no sé cómo empezar este tema, cosa que nunca pasa...

Y decidí que este era el medio idóneo, el blog idóneo y que mejor que el momento que empiezo a aceptarlo para también contarlo, a ti...

Tengo un problema. Uno más grande del que suponíamos que tengo. Muchas de las cosas aquí narradas, solo las sabe una persona, una a la cual, ambos conocemos. Te suplico no le hagas participe de esta carta.

Siempre he sabido que tengo una doble personalidad, últimamente, mas marcada, como si una de las dos partes cediera y dejara lugar a la otra.

Hoy, hace escasos minutos, en otra de mis frecuentes noches de insomnio, me puse a pensar en esa parte que estaba desapareciendo y que por ende me llevó a pensar en la otra parte, la que aflora.

Comencé a pensar en el hecho de que Enrique, cada vez era más chiquito y que ese amor que tenia a mi familia, desapareció poco a poco con los constantes golpes de mi madre de pequeño, la lejanía de mi padre y esas largas tardes frente al televisor, aunadas a las frecuentes peleas familiares de todos contra todos, cuestión que pensaba nunca había marcado brecha en mí, pero si, lo hizo, reflejándose en un distanciamiento enorme de mis sentimientos respecto a mi familia.

Comencé a ver que esa fraternidad que sentía para con decenas de personas desaparecía y se reducía a unos pocos conforme esa gente seguía fallándome, algunos motivados, lógicamente, por no lograr entender mi forma de quererlos, otros sólo por haber sido malas elecciones como compañeros de viaje y que conforme esos pocos se fueron yendo quedándome quizá solo tú y alguno otro, empecé a ver natural el hecho de sentir a las personas como adornos con motivo de respectivas festividades, como el arbolito de navidad o el pastel de cumpleaños, adornos que pasadas esas fechas, desaparecen.

Comencé a ver, lo más cercano, una falta de pasión al querer a las mujeres y aun mas importante, una falta de dolor despues de, ellas, dejarme. Esto obviamente por mi error frente a ella y su falta de entendimiento, de ellas (sin faltas de ortografía o sintaxis en este ultimo cacho escrito), hacia conmigo. Por obvias razones, "sencillo por fuera, complicadísimo por dentro", diría yo. Sin hurgar en el profundísimo tema.

Y empecé a entender que ese niño lleno de amor a su familia, fraternidad a sus amigos, devoción hacia su pareja, se extinguía.

Luego entonces me llevo a pensar en la otra parte, el distante, lejano, seco, patán. Normal, en muchas personas, pero aun más alarmante, en lo dormido que estaba y que aun así cometió atrocidades. Tales amigo, como algo cercano a la violación o el abuso sexual cuando yo, aún no pasaba de los diez o doce años, al que disfrace como juego de entendimiento aunque créeme, de juego, no tenía nada; intento de homicidio en más de una ocasión a mis 17, 20 y 21; robo en varias etapas de mi vida, algunos de ellos más descarados que el de un simple robo de unas cervezas a un oxxo; alcoholismo en proporciones que tú has visto; infidelidad de una manera que pocos osarían llevar a la práctica aunque si, dentro de sus mas morbosos pensamientos.

Y el problema, es que el muy reciente rechazo de la última persona en la que creía podía depositar mi locura y entenderme como pareja, me hizo amar profundamente esta parte mía.

No sé, habrá que hacer algo respecto a esto, el problema es que por el momento, Trepo se siente cómodo estando aquí.

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